Su búsqueda desesperada por encontrar un lugar donde dormir había cesado, después de todo, no sería la primera vez que se veía durmiendo en la calle. Pero entonces, milagrosamente, apareción Pete, su viejo amigo de la infancia con el que había dejado de contactar hacía un par de años. Después de explicarle lo que había pasado, Pete, de 20 años, se ofreció para dejarle dormir esa noche en su pequeña buhardilla de alquiler del Este de Londres. De camino, Holden no quiso soportar ese silencio tan incómodo que dejó la falta de conversación, por lo que se disculpó poniendo su iPod a todo volumen. Sonaba Whisky & Green Tea. Oh, qué apropiado. Eso le dio una idea, se quitó los auriculares y dijo:
-Pete, ¿qué tal si vamos a tomar algo, para contarnos sobre estos dos años? Es sábado por la noche, hay un montón de pubs y de locales abiertos.
-Buena idea, hace poco descubrí, te lo enseñaré.
Seguimos andando, con ese frío tan característico de Londres en Otoño.
El local tenía buena pinta, típico pub inglés, música buena y buen ambiente. Cuando entraron, él se sacó su gorra y pidieron un par de pintas, cosas que a Holden le fue difícil, porque tan sólo tenía diecisiete años, aunque, con el carisma que tenía, un simple camarero no pudo negarse a servirle una cerveza.
Sentía hacia Holden un amor tan profundo, tan solemne, aunque nos encontraramos a miles de kilómetros de distancia…
Soundtrack: Supergrass - Whiskey & Green Tea
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